Tipos De Pelo, Cómo Lavarlo, Frecuencia, Champús, Y Buenas Costumbres
El cuero cabelludo produce un tipo de grasa denominada “sebo” de manera natural a través de las glándulas sebáceas que están asociadas a los folículos pilosos en nuestro cuero cabelludo. Esta grasa cumple varias funciones en el pelo como es hidratarlo, y protegerlo de los elementos externos; pero como en todo, este “sebo” debe tener un equilibrio en nuestro cabello, y sino tiene ese equilibrio nos causa un daño que puede acabar con nuestro pelo de mantenerse de manera prolongada en el tiempo. El equilibrio del sebo cabelludo se logra con champús, lociones o aceites como el de argán, del árbol de té, jojoba… y con una determinada periocidad en lavarse el pelo.

Nuestra producción de grasa (sebo) en el cuero cabelludo marca nuestro tipo de pelo y sus peculiaridades.
Un “cabello seco” es el que tiene un déficit de sebo, y que no esta lo suficientemente hidratado en consecuencia, es quebradizo por tanto, frágil al cepillado como a ser tratado con planchas, secadores, fijadores… como cuando se expone a los elementos como el sol, y que debe de ser tratado con aceites naturales para evitar que se estropee excesivamente por dicha sequedad.
Un “cabello graso” es aquel que parece sucio a las pocas horas de haberse lavado, cuando en menos de 48 horas ya da la imagen de graso a simple vista. Tiene que ver con una excesiva producción de sebo, y es que no todas las personas producen la misma cantidad, ni en el mismo periodo de tiempo. Ese exceso produce la apariencia de pelo sucio, muy graso en apariencia, y tener el pelo graso es la antesala de la calvicie, ya que esa grasa, ese sebo, va hacer que el pelo, la piel, no pueda transpirar adecuadamente y además sea un pozo de infecciones bacterianas que atacan tanto al pelo como a la piel de ese cuero cabelludo. Con un pelo graso debemos de huir de la gomina y de ciertos productos que engrasan nuestro cabello aún más.

Un pelo graso da mala imagen porque indica la mala salud de nuestro pelo. Es como tener los dientes amarillos y picados, y así lo perciben los demás. Además es la antesala de la calvicie por las infecciones y falta de transpiración que supone.
El “cabello normal” se denomina a aquel que tiene una producción de sebo más controlada o equilibrada, que no tiene ni exceso ni deficit de grasa, vamos que no llega a hacer el pelo frágil por su escasa hidratación, ni causa esa sensación de pelo graso tan rápido, siendo la media de 72 horas o más en alcanzar ese punto graso visible a simple vista. Todo esto refiriéndonos a pelos que no usen fijadores como la gomina, cera, gel, laca…etc sino que lleguen a ese estado de manera natural, más allá de que luego se puedan usar dichos productos.
Para lavar el pelo no basta sólo hacerlo con agua, pues el agua no arrastra ni elimina la grasa del pelo o cuero cabelludo, y sí sólo usáramos agua al final terminaríamos con infecciones varias y el pelo igualmente muy graso. Imagínate lo que le ocurre a una sartén llena de grasa la cual no limpias o sólo la limpias con agua, pues sería un foco de infecciones, pues con el pelo ocurre exactamente lo mismo. Por tanto los champús son necesarios para eliminar esa grasa, pero no todos los champús son iguales, la mayor parte de los fabricantes sólo se preocupan de que estos champús huelan bien, hagan mucha espuma al frotar, y sean lo más baratos posibles usando para ello productos químicos muy agresivos y nocivos sin importarles los efectos a largo plazo que pueda tener para tu pelo o salud, pues estos productos muchas veces son absorbidos a través de la piel llegando al torrente sanguíneo, y por tanto a nuestras células. Entre estos productos muy nocivos están los parabenos, sulfatos, alcohol, conservantes, Kathon y colorantes; los cuales también acaban con la salud de tu pelo, aunque a más largo plazo que el sebo.
En la medida está el equilibrio como siempre. La comida es buena, pero un exceso nos puede incluso matar, pues con el pelo hay que buscar siempre también el más adecuado de los equilibrios al lavarlo.

Los jabones naturales son sin duda la mejor de las alternativas para el aseo personal, tanto para la piel como para el pelo, y por fortuna cada día hay más tiendas físicas y online dónde podemos encontrar artesanos que hacen las mejores y más naturales combinaciones.
Con todo, no todos los champús son perjudiciales, muchos se han convertido con el tiempo en un vehículo para que los dermatólogos puedan realizar tratamientos patológicos que afecten al cuero cabelludo de manera más sencilla, y que se venden por norma general en farmacias, y no en supermercados. Pero no todo el mundo tiene un cuero cabelludo enfermo o con problemas para que usen esos tratamientos, y existen alternativas naturales para eliminar ese exceso de grasa que se produce con el tiempo en el cuero cabelludo.
Existen champús ecológicos que hacen que el pelo produzca menos grasa, que mantienen nuestro pelo limpio y brillante durante mucho más tiempo que los champús comerciales, días e incluso semanas. Y aunque conveniente es eliminar el sebo y los restos de productos de fijación que quedan en nuestro pelo, la periocidad con la que nos lo lavamos es la clave para mantener un equilibrio en la flora bacteriana de nuestro cuero cabelludo más allá de lo meramente estético. Si quieres o te preocupa tu pelo cuanto antes empieces a cuidarlo y mimarlo, mejor.

Si quieres y mimas tu pelo va siendo hora de que conozcas que productos le echas a tu cuero cabelludo y que efectos secundarios le producen a tu pelo, y a tu salud
No es bueno lavarse el pelo a diario, de hecho podríamos lavarnos el pelo cada 7 o 9 días sin mayor problema si usamos los productos adecuados. La periocidad con la que nos lavemos el pelo va a depender del tipo de pelo que tengamos, de lo graso que sea, de la patología que podamos padecer desde un punto de vista dermatológico, y del método que usamos para su higiene, pues los hay más o menos agresivos.
Como normas generales te diría que no te laves el pelo a diario nunca jamas, es seriamente perjudicial pues eliminas el sebo de tu cuero cabelludo y no da tiempo a que el pelo se vuelva a recubrir e hidratar con lo cual sería frágil. Por otra parte no pases más de 10 días sin lavarte el pelo pues por poco sebo que produzcas, algo vas a tener, y si a eso le sumas que usas productos de fijación, ello hace que tu pelo sea un caldo de cultivo biológico para las infecciones y bichitos. Intenta usar siempre champús naturales sin esas sustancias perjudiciales que mencione algo más arriba, y estate atento a como reacciona tu pelo y piel, a cuanto tiempo pasa antes de que se engrase o te pique, y te invito a que pruebes jabones naturales, una alternativa mucho más sana. Si usas champús comerciales intenta lavarte el pelo dejando pasar al menos un día entre lavado y lavado, y si puedes… algo más. Si usas métodos como el del bicarbonato sódico con vinagre de manzana pueden y deben pasar más días entre un lavado y otro. Y si usas champús comerciales procura usar champús de Ph neutro.
Con todo si vives en una zona de calor, si practicas deporte puedes mojar tu pelo con agua en la ducha para eliminar esos restos de sudor, pero no sería conveniente, insisto, el usar jabón en el cuero cabelludo a diario. Así mismo cuando se tiene un cierto volumen de pelo que cuesta controlarlo se suelen usar fijadores (gomina, laca, espuma, cera, gel…) yo en mi caso uso cera mate de alta fijación no grasa y libre de aceites, que aguanta bien uno o dos días inclusive de manera que tan sólo tengo que humedecer mi pelo ligeramente con las manos y ya me permite peinarlo y dominarlo. Así mismo siempre le puedes echar agua y usar el secador a continuación, la cuestión sería no usar champús o productos que engrasaran el pelo como gominas o lacas para no acelerar su engrasamiento. La espuma y la cera suelen ser productos menos nocivos y que cumplen esa función cuando el agua y el secador no son suficientes para controlar tu pelo.
Si tienes dudas deja un comentario en este artículo, o bien pasate por La Barbería de Santo Domingo. Recuerda que la salud de tu pelo depende de ti, y del interés que tengas por ello más allá de lo genético.
Ismael, The Barber
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